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martes, 25 de mayo de 2010

No -Viciado


Fue una etapa intensa, “admirable”, nos metimos cada cual la mano dentro de nuestras gargantas traspasando nuestro estomago llegando hasta el recto y sin mucho esfuerzo nos invertíamos hacia “El Noviciado”, éramos otros dentro de un prisma que regurgitaba miles y miles de sonidos y prácticas que aun perduran sin desvanecerse.
Migajas de cordura salpicadas con dolorosos toques de locura nos balanceaban al unísono sobre un pequeño arbusto que a duras pena nos soportaba, desfachatez desmedida nos alentaba a ir contra las paredes sin disimulo ni daño posterior, era una fuerza que nos dirigía a diestra y siniestra al azar y sin lógica alguna para estar cada vez más y más al limite y posteriormente regresar a la nada. Era la mendicidad nuestra al “todo”, no solo era experimentar por experimentar era vivirlo para contarlo era sentirlo para extrañarlo era todo para que alguna vez llegara a ser un minúsculo atisbo de nuestro pasado.
El Noviciado hoy ya no es el mismo y tampoco nosotros lo somos, mirar hacia atrás no es el camino, mirar en evolución con un morral lleno de agasajos que de allá sustrajimos sin prejuicio de lo que hoy surge en nuestra vida es la nueva trayectoria.

Emrom

lunes, 31 de agosto de 2009

No - Viciado


Aproximadamente diez años han pasado desde la última oportunidad que estuve aquí, debo reconocer que su apariencia está muy alejada de las imágenes que estaban almacenadas en mi disco duro, lamentablemente aquí ya llegó el cemento y la suciedad consigo.
Pude ver un madero que dice 4200 justo encima de la reja que divide la calzada con los cerros aledaños, no sé lo que significa pero al verlo recordé haberlo notado muchas veces anteriormente, fue siempre nuestra ubicación geográfica dentro de este panorama único y refulgente, frente a mí esos cerros siguen abrazándome y siento que me echaban de menos al igual que yo a ellos. Hoy vuelvo lucido y limpio sin cervezas ni mariguana, vuelvo sensitivo al 100% y no quiero que nada se me escape, eufórico por lo que estoy sintiendo y feliz por la retroalimentación que experimento ahora. También veo esa “casita” que se encuentra ubicada sobre una pequeña colina en la vereda sur del camino y que sigue siendo la centinela del lugar, afrontando la gran panorámica de un valle que se rinde a sus píes.
Ya llevo un buen rato de estar aquí y sigo pasmado por los recuerdos que vienen aceleradamente a mi mente, percibo olores y sonidos como si estuviera retrocediendo una antigua radio a casetes, esas flores amarillas siguen siendo tan hermosas como numerosas en toda la extensión de la vía, los eucaliptos han luchado todo este tiempo para ganarle al incendio que “ayer” quiso eliminarlos y sacarlos de cuajo del lugar, los tunales del lado norte del camino aun me miran desconfiados defendiendo sus frutos que más de alguna vez sacamos para saborear y disfrutar sin importar los riesgos que esto acarreaba.
Luego de un buen rato prestando atención a mi alrededor volví a escuchar algunos sonidos medio extraños y disonantes, casi guturales, no se si son los mismos personajes que escuche alguna vez o mis oídos creen haberlos percibido nuevamente, siempre pensé que justo en este lugar existía un sanatorio mental o algo similar, bueno tal vez yo sea el loco aquí parado en medio de la nada (pude reflexionar en ese momento) y al igual que otrora no puse mucha atención a esos ecos retumbando de lado a lado en medio de las lomas.
Al irme me doy cuenta que nunca he estado lejos de aquí y tal vez nunca lo estaré, esto es parte mía, al igual que todos esos recuerdos que volvieron a mí de forma tan fresca y gratificante.
Puedo asegurarles que volveré la próxima semana o el próximo mes o mejor dicho nunca dejare de visitar esto “mi lugar a la vera de un camino”.


Emrom