martes, 13 de noviembre de 2007

Vacaciones Hogareñas


Grandes vacaciones son las que pude pasar junto a mi familia. Sin estruendos estivales ni glamorosos itinerarios, solo la esplendida oportunidad de poder compartir con lo que más amo y amare, mis dos mujeres (no pretendo ser machista pero son mías, tal cuál lo soy yo de ellas). Esta oportunidad pocas veces comprendida por mí, no la deseche nuevamente como en otras ocasiones. Ir a dejar a tu hija a su colegio o esperar a tu señora con una exquisita cena tipo Anthony Bourdain (estilo nano por supuesto) no tiene parangón. La vida es sencilla pero los matices con que cada cual puede aderezar esta paleta de colores es infinita. Me refiero a que una sustancia tan simple como la cotidaniedad nos aporta una sensibilidad otrora desconocida y hoy reconfortante. No espero ganarme el cielo con estas lucubraciones pero mi sentimentalismo hace rato que es otro, ya sé que me demoré en captar cosas tan básicas como proverbiales en este viaje errático y huracanado definido como mi vida, pero el tiempo hoy sobra para redescubrir algunos pasajes en nuestro diario desarrollo.
Solo pretendo hacer notar lo macanudo que es sensibilizarse con la realidad y aprovechar las flechas que nos indican ciertos pasadizos que ya estaban delineados desde otras épocas.
Ahora retomando mis sensaciones de asueto, no puedo obviar la gran oportunidad de devorarme sin contratiempos un interesante libro o trajinar entre mi pequeña colección de discos con lógicos y variopintos músicos para descubrir algunos temas escondidos o camuflados desde hace mucho tiempo.
Ya recomenzó la monotonía laboral pero esta vez me encontró distinto y más extraño, les aseguro que ya nada es igual, la cotidaniedad pudo reestructurarme nuevamente y hoy reaprovecho toda mi energía en disfrutar con todos los que pertenecen a mi entorno, efecto que ha hecho que hoy sean más las personas que pertenecen a este mi microhábitat.


Emron

No hay comentarios: