viernes, 11 de mayo de 2007

Lo-Fi, Una Pequeña Historia ( VI )


“AHORA Ó NUNCA, APROVECHE” sentenciaba el letrero en una tienda de discos. Era el verano de 1995 cuando descubrí Screamadelica de los Primal Scream. Un disco alucinante de tomo y lomo se encontraba en mi poder, nos sorprendió a todos la sutil fusión entre el más puro rock y los delicados beats electrónicos que estoy convencido cambio nuestra perspectiva por los sonidos europeos.
Desde Glasgow hacia nuestros oídos y después de haber roto con su grupo original (The Jesus & Mary Chain), Bobby Gillespie fundador de los Primal reinventó las sensaciones en las pistas de baile. Con alma de rockstar y vida de rockstar a influenciado a un numeroso contingente de nuevos músicos en la actualidad.
Seis albumes son su cosecha actual con Country Girl como su último estandarte.
Gratos recuerdos de una tarde en la piscina de “Aguas Claras” escuchando a estos grandes músicos junto a mis amigos de siempre, nada era problema en ese entonces solo vivíamos la música y la libertad de ser nosotros mismos. Por este y muchos más recuerdos lucharemos por reencontrarnos. ¿ Oh, no?, Ojo que ya se viene el gran asado en el “Final del Camino” la tuerca se está desagripando.

1 comentario:

Coctelmarx dijo...

Nada había de problemas en ese entonces ni nada de problemas hay ahora brothers.
Pensé en realidad me incomodan los abrazos (por eso para el año nuevo me acuesto temprano o me voy a Valpo a ver los fuegos artificiales en un rincón anónimo), pero tenias demasiada razón necesito querer cada terreno y lo “real”, quede pensando por horas mientras estábamos en la calle, de esos muchachos cruzando la calle hacia la botillería escuchando en una radio portátil la canción de los magníficos ¡eso no pasa en ninguna parte del mundo! Esos marginales éramos nosotros hace diez años ¡pero que surrealista! (no puedo dejar de pensar en esa escena), pero aprenderé, yo no abrazo a nadie nunca (menos a los hombres, a las mujeres quizás si , por otros motivos), no lo había pensado. Es necesario en palabras de los Stones un “Emotional Rescue”.
A propósito, ese paseo lo recuerdo bien, “los buenos muchachos” con la piscina para nosotros solos, piqueros grotescos, (convenciendo al dueño para que nos dejara entrar, “a lo vivo”), luego el regreso a casa, fresquitos y musicales.